sábado, 24 de enero de 2009


Siempre fui muy impulsiva e impaciente. Quería que ya hoy fuese mañana y con catorce quería ya tener veinte. Eso no es nada bueno porque te priva de vivir el PRESENTE. Pero eso no lo sabía.
Luego está que quería vivir con intensidad y he sido curiosa e inquieta. Y eso no es bueno si la intención no es clara y además eres inconsciente e ignorante.
Así que todo ello me llevó en mi juventud a moverme mucho y tener muy ricas experiencias (y también muy duras experiencias) en Alemania, Marruecos, Irán, Brasil, Islas Bermuda, Turquía, Argentina...
Con la necesidad, desde siempre, por trascender al mundo espiritual indagué en el hinduismo, budismo zen, cristianismo... y me hice musulmana a principios de los '80.
He bebido de las enseñanzas sufis que han instruído a mi alma y corazón, logrando darle un sentido a mi vida.
y ahora, ya en mi etapa tercera, disfruto de la serenidad y plenitud tan deseada.
Pero, eso sí, sabiendo que todavía tengo mucho (todo lo que yo quiera) por experimentar... pero ya dejándome fluir, sabiéndome en el Camino...

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