
Nuestro estar en la vida tiene que entonar con nuestro Ser. Nuestro Ser, vibrando con nuestro corazón, para que pueda fluir con las Leyes y Ciclos de la Naturaleza y sintonizar con el Orden Superior de la Vida. Sólo así conseguimos la Paz Interior y palpitamos al unísono con el Universo.