
No se trata de memorizar y recopilar datos sino de RECORDAR, para que toda la información se haga operativa, para que entren en acción los pensamientos y las ideas y hagan un trabajo de transformación, de crecimiento.
El niño cree, cuando ya ha aprendido a leer, que lo sabe todo. No caigas en ese mismo error infantil; el conocimiento, en profundidad, es interminable. Nuestro mundo interior es inmenso. No nos quedemos en las palabras; detrás de ellas vibra el corazón, y si no, no son válidas.
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