miércoles, 8 de diciembre de 2010

Lo que garantiza una vida feliz.


Mi maestro espiritual Swami Purohit, que también es astrólogo, me leyó mi carta astral al principio de conocerle hace ya tres años. Lo primero que hizo después de mirarla por largo rato fue felicitarme. Levantó la mirada, me miró a los ojos, y dijo escuetamente "felicidades".

Era lo que menos esperaba que me dijese y puse cara de asombro (como la conversación era en inglés procuré ser más expresiva con los gestos a falta de vocabulario). El caso es que yo consideraba que mi vida había sido de gran esfuerzo y sufrimiento en los últimos veinte años.

Me explicó entonces que en mi vida pasada había sido un monje y que había muerto recordando a Dios. Y que en esta vida, aunque he estado casada dos veces y he tenido seis hijos, igualmente soy un monje. Por esa razón me felicitaba (por mi energía espiritual acumulada).

Le pregunté entonces por qué tanto sufrimiento y lucha, porque sí era verdad que de pequeña y de jovencita yo era muy espiritual pero dentro de una familia en la que curiosamente no se practicaba ni se hablaba de religión o se mencionaba a Dios pues mis padres tenían creencias diferentes y decidieron no influenciar en nosotros ni educarnos dentro de ninguna religión.

Para mí particularmente eso fue nefasto pues necesitaba de guía y alimento espiritual y crecí en este sentido, sintiéndome confundida y con sentimientos muy contradictorios.

Ahora, ya en los comienzos de la tercera etapa de mi camino, puedo ver con distancia y en su totalidad el propósito de mi vida. Finalmente he encausado mi vida. De manera totalmente intuitiva y con la ayuda de Dios, me fui encaminando a prepararme para un trabajo de servicio a los demás.

Dios me ha dado muchos regalos y uno de ellos es el REIKI. Con él pude realmente entender y percibir que somos energía y tenemos la capacidad de alimentarnos de la energía cósmica. Nuestra energía vital, podemos potenciarla, almacenarla, dirigirla allá donde haga falta, podemos hacer que se materialicen nuestros deseos, podemos sentir nuestra divinidad... Somos parte de un Todo.

A través de incorporar REIKI en mi vida, física y emocionalmente me siento sana y equilibrada. Siento paz interior. El haber conectado con mi ser esencial me da la fuerza para hacer lo que tengo que hacer. No hay más miedo, inseguridad o impaciencia. Sé que cada cosa viene en su momento y tiene un sentido de ser.

Conocerte a tí mismo es conocer tu propósito de vida. Aceptar lo que no puedes cambiar te da paz. Reconciliarte con tu pasado te aligera el corazón. Crear tu Presente con una actitud positiva anula el miedo. Todo ello es lo que garantiza una vida feliz. Y todos tenemos esta posibilidad.

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