Después de tantos años de experiencia ... como coloquialmente se dice: ¿dando Reiki?... llega un momento en que esa definición suena a juego de niños... ni siquiera el nombre de "terapeuta Reiki" como ahora se llama, me parece correcto.
En todos los años que llevo practicando Reiki y dando cursos, me he ido haciendo consciente de que se crece en comprensión a la par que en capacidad de ser Canal, de manera gradual y mucho más allá de lo que uno se pudiese imaginar. Y, por supuesto, cada maestro lo percibe y entiende, desde su nivel de Conciencia.
Llevo tres días atendiendo un caso de cáncer de pulmón. Cuando ha venido esta mañana la persona se sentía mal y no había podido dormir por la noche, justo ayer le habían dado quimioterapia. Hice que apoyase su cabeza sobre mis manos y pude percibir perfectamente esas energías extrañas y dañinas que estaban perturbando de manera muy poderosa su cuerpo físico.
Me quedé en esa postura enviándole luz sanadora hasta que sentí que esas energías negativas casi habían desaparecido y su cerebro estaba en calma. Fui a su cuerpo astral, que es donde ocurren en realidad las sanaciónes. Ser testigo de cómo la Luz actúa, y vivir la experiencia de cómo se va produciendo la sanación, tiene mucha más profundidad y seriedad, de la que nos podemos imaginar.
No tengo la más mínima duda de su efectividad. Ni siquiera me hace falta preguntarle después a la persona si se siente mejor o cómo se siente. Existe una certeza en mi corazón, sin palabras, donde la Mente no ha tomado parte, de lo que ha sucedido y es.
Por eso digo, calificarlo de "terapia Reiki" es rebajarlo al campo meramente físico, de una relajación, que nadie puede negar pero que es algo superficial.
REIKI, es, no sólo muchísimo más que eso, sino que es la capacidad de trabajar en el cuerpo astral de otra persona, dentro de la conexión con la Energía Superior del Universo, para que esta Luz Sanadora realice su labor, y nosotros, como Canal, ser testigos del "milagro".
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