He tenido varias clientes que vienen por motivos de ansiedad. Son mujeres cercanas a los 50 años y que, recién en la segunda visita, confiesan que son bulíquimas desde hace más de 20 ó 30 años.
Son tremendamente excépticas, y con un cuadro de depresión ya enquilosado en el tiempo. Han venido a mí recomendada por alguna amiga que ha insistido viniese a verme. Por supuesto tienen dependencia a los fármacos y su posición es pasiva y "cómoda": que me quite la ansiedad las pastillas y como no quiero verme gorda pero no me quiero privar de comer, luego vomito y ya está.
Resulta muy difícil tratar a este tipo de personas que se resisten mentalmente a cualquier cambio -en el que no creen. Teniendo una actitud poco o nada colaboradora, cuestionando cada sugerencia ... y que repiten "no creo que esto funcione conmigo"
Pero el REIKI trabaja inteligentemente; disuelve resistencias, elimina bloqueos, equilibra los dos hemisferios emocional y racional, limpia las energías negativas, purifica la memoria de las células e impulsa con energía renovada el deseo de mejorar.
Con paciencia y perseverancia comienzan a vislumbrarse pequeños avances a los que hay que agarrarse fuertemente. Tiene que haber un compromiso continuado consigo mismo y mantener vivo el objetivo que se persigue. Cada pequeño progreso es una victoria. Y es así como se puede ganar la batalla a la dependencia de los fármacos y de enfermedades que destruyen al ser y a las personas a su alrededor.
"Que otro me mate". Perder la esperanza es un suicidio lento y pasivo, cuando en realidad, en el fondo, lo que se quiere es vivir, ser feliz, ser amado...
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