miércoles, 3 de febrero de 2010

Anandamayi Ma - Los Chakras



Considerada la santa hindú más importante del siglo XX, apenas fue a la escuela. Alcanzó la iluminación sin gurú y sin haber estudiado los textos sagrados. Su colosal talla espiritual le otorga la posición que ocupa, a la altura de Ramakrishnam Vivekananda, Aurobindo, Ramana Maharshi y Yogananda.
Un día uno de sus discípulos observó que Anandamayi Ma había dibujado ciertas figuras en el suelo y, al preguntarle qué representaban, ella le dijo que eran las formas de los chakras tal y como ella los había visto.
Según las enseñanzas tántricas, existen 7 chakras a lo largo de la espina dorsal, la cual sostiene dos corrientes nerviosas denominadas ida y pingala, así como un conducto central.
Normalmente, la energía vital o prana se encuentra enroscada en la base de la columna, por lo que se la denomina kundalini (la que está enroscada, el poder de la serpiente).
Cuando se activa la kundalini empiza a ascender esta energía, atravesando los centros de la columna vertebral hasta alcanzar el séptimo chakra, momento en el que se alcanza la iluminación.
Anandamayi Ma explica así en el libro "Vida y enseñanzas de..." la revelación que tuvo sobre los chakras: "... me senté en postura yóguica. Entonces, desde el centro más elevado, el que está en el cerebro, vi algunos centros vitales parecidos a lotos a lo largo de la médula espinal, con pocos centímetros de separación entre sí. Vi claramente que, desde el extremo inferior de la médula espinal hay unos centros, más sutiles cuanto más hacia arriba, de los cuales sólo he dibujado aquí los seis principales... la mano se me ha empezado a mover por sí sola, sobre el suelo, y así es como han surgido estos dibujos. Fíjate que, en estas zonas vitales de interconexiones de nervios, es donde se activan los impulsos heredados, las predisposiciones adquiridas, las emociones, distintas necesidades, ciclos de pensamientos, conceptos de vida y muerte, etc., que van descendiendo desde el centro más elevado del cerebro en respuesta a los estimulos que provienen de todos los órganos de los sentidos. Por esos canales discurren flujos de vida y de fluido vital, tanto deprisa como despacio, determinando así los procesos vitales y corrientes de pensamientos del ser humano.

"De la misma forma que veis que la tierra, el agua, el fuego, el aire y el espacio más allá de la atmósfera se penetran entre sí, estos seis centros principales se encuentran en el cuerpo, aparentemente uno encima del otro, pero funcionando con una interdependencia mutua, como una única cadena vital.
Cuando uno se esfuerza por purificar, con gran paciencia y virtud, los vehículos internos y externos, las vibraciones que producen los pensamientos van pulsando centros cada vez más elevados, aliviándolos de la tensión y liberando la fuerza vital acumulada y contenida en el centro más bajo para que encuentre válvulas de escape hacia arriba. Entonces, el letargo, los impulsos primarios del devoto van esfumándose gradualmente como la bruma de la mañana ante la llegada de los rayos del sol. Al tiempo que se van soltando los bloqueos, empieza a atenuarse nuestro apego por los objetos de los sentidos y empieza a tomar forma la vida interior."

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