Se piensa -al principio- que siguiendo unas técnicas -sean las que sean- es uno mismo quien está haciendo todo el trabajo para conseguir un desarrollo espiritual y de crecimiento personal. Uno cree que es uno mismo quien decide, hace y consigue desde la idea del "yo" y desde la mente.
Pero no es por impulso desde abajo sino de ATRACCIÓN desde arriba que evolucionamos y desarrollamos nuestra Conciencia.
Nuestro anhelo se sintoniza con esta fuerza que nos aspira, ya sin remedio ni vuelta atrás ....esta Fuerza te aspira literalmente y te hace hacer y te dirige como si tú sólo fueses un observador de ti mismo.
El trabajo de crecimiento interior se hace a través de un esfuerzo y disciplina, innegablemente, pero la energía espiritual y la evolución no se produce en virtud de nuestro trabajo y deseo sino por la Fuerza y Poder de la Gracia Divina.
La energía de la Gracia Divina entra en la naturaleza del ser humano y lo despierta en su realidad divina, como ser de luz en potencia. El yo sólo puede entregarse, rendirse y entonces es cuando se transforma, se eleva y evoluciona.
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